Cuando decides mudarte de país, tienes que estar claro de que sales completamente de tu zona de confort, queda de tu parte si lo tomas como lo mejor que te pasa o te angustias por esto.
Yo me lo tomé como lo mejor. Hace 5 años emigrar no era ni la sombra de lo que es hoy. En otro post les conté sobre mi experiencia yendo hacia la meta de vivir sola, en este les cuento un poco mi experiencia durante el primer año y medio.
Un día, uno de mis amigos vino con una propuesta de nuevo departamento, era más grande y dividido entre 4 la oferta se hacía muy prometedora pues nuestros sueldos eran una tristeza, así que me mudé con 3 amigos a un departamento con 3 habitaciones, una de ellas sería la mía. Era un barrio un poco más movido y céntrico donde el vecino de abajo nos hacía la vida imposible. Fue sacando los lindos momentos, una pesadilla.
Estaba en una ciudad, ya a esta altura, medianamente conocido, no tenía ahorros, mi sueldo era terrible, estaba al borde de una depresión y encima se estaba yendo el invierno. ¡¿QUÉ MÁS QUIERES DE MÍ, VIDA?!
Yo me lo tomé como lo mejor. Hace 5 años emigrar no era ni la sombra de lo que es hoy. En otro post les conté sobre mi experiencia yendo hacia la meta de vivir sola, en este les cuento un poco mi experiencia durante el primer año y medio.
Cuando llegué a Buenos Aires vivía con dos amigos en un dos ambientes (una habitación). Estuvimos un año ahí y fue la pista de aterrizaje de varios venezolanos en esa época. Teníamos una cama matrimonial y una individual en el living, que luego se acompañó con un colchón inflable... era hermoso y la pasamos tan bien en ese departamento que dejarlo fue bastante triste, pero nos quedaba chico y no podíamos pagarlo sino éramos más de dos.
Un día, uno de mis amigos vino con una propuesta de nuevo departamento, era más grande y dividido entre 4 la oferta se hacía muy prometedora pues nuestros sueldos eran una tristeza, así que me mudé con 3 amigos a un departamento con 3 habitaciones, una de ellas sería la mía. Era un barrio un poco más movido y céntrico donde el vecino de abajo nos hacía la vida imposible. Fue sacando los lindos momentos, una pesadilla.
Esos meses fueron muy movidos y yo caí en una especie de crisis existencial. Había pasado año y medio de mi llegada y sentía que estaba cada vez más lejos de lograr independizarme. Me había tocado la habitación al lado de la cocina donde se escuchaba todo y no tenía ni ventilador ni aire acondicionado. Cuando no me estaba muriendo de calor, estaba siendo devorada por mosquitos. En esa época escribía todas las mañanas en un cuaderno que hace poco encontré y la verdad es que la estaba pasando bastante mal, pero por suerte me quedé con los mejores recuerdos únicamente.
El que vive en Buenos Aires sabe que todo el tema inmobiliario es un pequeño infierno (y si leen mis entrevistas a otros expats verán que no es la única ciudad con ese problema). Al venir de otro país no tienes nada y eso muchas veces puede hacerte sentir que no lo vas a lograr.
*Abre Google y escribe* "¿cuánto tiempo puedo sobrevivir comiendo arroz?" ...
Estaba en una ciudad, ya a esta altura, medianamente conocido, no tenía ahorros, mi sueldo era terrible, estaba al borde de una depresión y encima se estaba yendo el invierno. ¡¿QUÉ MÁS QUIERES DE MÍ, VIDA?!
Cuando estuve buscando nuevo departamento que encontré donde vivo actualmente, hice cálculos para ver si podía pagarlo y me di cuenta que iba a ser casi imposible, pedí un préstamos en el trabajo para pagar el ingreso (mes de depósito, gastos de papeleo, mes adelantado etc) y le dije a mi mejor amiga que era una de mis roommates desde el primer dpto, que se mudara conmigo. Era todo perfecto, tenía un dpto, mi mejor amiga de roommate y eso me daría chance de ahorrar para luego poder pagarlo sola. La felicidad duró poco cuando caí en cuenta de un factor que no había agregado a la ecuación: ¡El nuevo hogar venía sin muebles!
Si te mudas a otro país, generalmente, lo haces con una, dos, tres maletas tal vez (en mi caso fue una de 21 kilos) y generalmente alquilas un lugar que tenga lo básico o esté full amoblado. En mi caso las primeras dos guaridas habían sido amobladas, pero esta nueva estaba como la trajeron al mundo. ¿Qué necesitaba? ¿Platos? ¿Vasos? ¿Dónde íbamos a dormir? Por suerte no estaba sola, sino hubiese estado comiendo arroz en un pote de plástico con una cuchara del mismo material que el pote. Poco a poco con mi roommate fuimos comprando cosas y adaptándonos a esta nueva vida, fue divertido y difícil, sobretodo cuando empiezas a caer en cuenta del poco espacio y la no intimidad que puedes tener si no hay cuartos separados. Ese mismo año, adoptamos a Poroto (que si me siguen en Instagram lo conocen) y éramos ahora 2 chicas y un gato.
Un año después, mi mejor amiga decidió mudarse y desde entonces somos Poroto y yo en casa, la verdad que no me he sentido sola desde entonces pues el pobre gato tiene la dura tarea de hacerme compañía cuando estoy en casa y cuidarla cuando no.
Cada tanto me reúno con mis amigos y hacemos memorias de todas las aventuras y cosas raras que pasamos cuando convivimos y la verdad es que amamos volver atrás porque más allá de los momentos incómodos que genera vivir con más personas, los recuerdos hermosos son millones más y creo que ninguno cambiaría eso por nada, fueron años hermosos y creo que eso también hizo que el proceso migratorio de cada uno y la adaptación, fuese mucho más fácil de llevar.
¿Les pasó algo parecido? Let me know.
¡Besos!
L.
Si te mudas a otro país, generalmente, lo haces con una, dos, tres maletas tal vez (en mi caso fue una de 21 kilos) y generalmente alquilas un lugar que tenga lo básico o esté full amoblado. En mi caso las primeras dos guaridas habían sido amobladas, pero esta nueva estaba como la trajeron al mundo. ¿Qué necesitaba? ¿Platos? ¿Vasos? ¿Dónde íbamos a dormir? Por suerte no estaba sola, sino hubiese estado comiendo arroz en un pote de plástico con una cuchara del mismo material que el pote. Poco a poco con mi roommate fuimos comprando cosas y adaptándonos a esta nueva vida, fue divertido y difícil, sobretodo cuando empiezas a caer en cuenta del poco espacio y la no intimidad que puedes tener si no hay cuartos separados. Ese mismo año, adoptamos a Poroto (que si me siguen en Instagram lo conocen) y éramos ahora 2 chicas y un gato.
Un año después, mi mejor amiga decidió mudarse y desde entonces somos Poroto y yo en casa, la verdad que no me he sentido sola desde entonces pues el pobre gato tiene la dura tarea de hacerme compañía cuando estoy en casa y cuidarla cuando no.
Cada tanto me reúno con mis amigos y hacemos memorias de todas las aventuras y cosas raras que pasamos cuando convivimos y la verdad es que amamos volver atrás porque más allá de los momentos incómodos que genera vivir con más personas, los recuerdos hermosos son millones más y creo que ninguno cambiaría eso por nada, fueron años hermosos y creo que eso también hizo que el proceso migratorio de cada uno y la adaptación, fuese mucho más fácil de llevar.
¿Les pasó algo parecido? Let me know.
¡Besos!
L.